jueves, 6 de febrero de 2014

El amor de Dios es eterno











El amor de Dios es eterno, y por el tamaño de ese amor es que no nos desamparará jamás; vendrán tormentas y huracanes de pruebas, llenaremos nuestras vidas con maremotos de lágrimas, pero Él estará siempre junto a nosotros si nosotros permanecemos en Él; el mundo, nuestros amigos o nuestra propia familia podrá defraudarnos, pero el amor de Dios permanecerá siempre junto a nosotros.
Leamos la Palabra de Dios en Jeremías 31:1-14 “En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo. El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Yave se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. ………………….”.
Por mucho tiempo algunos, por menos tiempo otros, hemos sufrido el trato del mundo en nuestras vidas; aún hoy, estando verdaderamente en el camino del Señor y por la simple razón de que debemos tratar con el mundo, o con aquellos que deberían haber cambiado sus actitudes pero no lo han hecho, continuamos sufriendo dolores y desengaños que el enemigo pretenderá usar para hacernos bajar los brazos y no continuar en el glorioso camino de Dios y haciendo su obra.
Juan, siendo ya anciano, y a través de su caminar apostólico, había acumulado una enorme experiencia con personas que conocieron a Cristo; con otros que decían seguirle pero con sus acciones daban muestras que para nada sus enseñanzas habían afectado sus vidas; y con todos aquellos que permanecían todavía en el mundo, ésa experiencia de Juan puede ser resumida en un versículo: “Todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” 1 Juan 2:16; así como Juan, puede que muchos de nosotros también hemos tenidos experiencias similares y pensamos de igual forma.
El demonio ha organizado el mundo bajo un sistema de maldad y egoísmo, “Todo” dice la Palabra, es decir que nada de lo que no esté bajo el gobierno del Señor, es bueno; ninguno que no entregó su vida totalmente al Señor puede decir que hace todo lo bueno, solo el Padre introduce en las vidas elementos espirituales capaces de evitar la acción del mal, solo el Padre cambia la vida a fin de no hacer maldad, solo confiando ciegamente en el Señor podremos vencer el egoísmo del mundo que nos lleva a hacer lo malo.
“El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:17, la vanagloria, el enriquecimiento dinerario, los deseos y anhelos de la carne como todas las cosas que el mundo establece como importantes o fundamentales son tan precarias y transitorias para los hijos de Dios, que no afectan su vida; pero el sistema del mundo hace que aquellos que viven sin Cristo, o quienes todavía tienen tinieblas en sus vidas, se aferren a estas cosas como lo mas preciado; se afanan por vivir, cuando están muertos en delitos y pecados, Efesios 2:1.
El demonio se ha encargado de sembrar cizaña en medio del trigo, Mateo 13:24-30, 38, el Señor nos advirtió de su existencia, esa cizaña son los adúlteros espirituales “Que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” Mateo 7:15; el enemigo muchas veces nos lanza estos dardos encendidos, estos que se dicen, pero no son hijos de Dios, a fin de que comprobemos por nosotros mismos si hemos tomado, y tenemos en buena posición, el escudo de la fe, Efesios 6:16, para que con él podamos ganar la buena batalla y perseveremos a pesar de todo “Con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe” Hebreos 12:2.
El enemigo emplea toda clase de artimañas para destruirnos, pero nosotros “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” 1 Juan 5:20, sabemos en quien confiamos y por eso descansamos en él nuestra esperanza, esperando el cumplimiento de las promesas que ha entregado a cada uno de nosotros.
Tenemos la promesa sobre nosotros y nuestras familias, “Yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo” vs 1 y es allí en donde descargamos nuestros dolores y tristezas, allí descansamos en nuestro futuro, con Él; el pueblo que escapó de la espada de Egipto halló gracia, quienes escapamos del egoísmo y la maldad del mundo también hemos hallado gracia y somos cubiertos del amor misericordioso y eterno de Dios; no eres tu solo, es también tu familia y la familia de tus vecinos y de tus amigos quienes alcanzarán la gracia de la salvación que nos brinda el Señor, pero no debes bajar tus brazos, no debes ceder al desánimo que nos produce ver el accionar de aquellos que no tienen a Cristo con que el enemigo te ataque
Puede que te sientas defraudado por la actuación de muchos que no supieron recibir la Palabra de Dios, lo entregaste todo y como no ves ahora frutos te sientes mal, pareciera que todo se ha derrumbado; pero en medio de su gracia, el Señor nos edificará en su amor para que vuelva sobre nosotros su gozo a fin de que vivamos alegremente nuestra vida cristiana, a pesar de las pruebas y de las luchas que vengan, a pesar de esos dardos encendidos que el enemigo nos envíe para hacernos retroceder; no importa lo pasado, no importa lo poco o mucho que perdimos a causa de la maldad y egoísmo que el mundo estableció como alternativa de crecimiento personal, solo debe importarnos la promesa que nos entrega el Señor: “Aún plantarás viñas…….; plantarán los que plantan, y disfrutarán de ellas” v 5.
El tiempo no se ha terminado, la tarea que debes hacer para el Señor aún no está concluida, aún plantarás las viñas que enriquecerán el reino de Dios con las almas alimentadas con Palabra de vida; tu eres un sembrador de la Palabra y no debes cesar en tu tarea pues llegará el momento en que verás los frutos de tu siembra; el Señor podrá un día levantar la cosecha de ese plantío que tu has hecho y traerá consigo su galardón, “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” Apocalipsis 22:12.
Deja ya de mirar hacia atrás, deja de pensar en todo lo que podrías haber hecho y no hiciste, deja de pensar en el tiempo y las oportunidades que perdiste de ganar almas para el Señor; comienza a mirar hacia delante, hacia ese futuro que tienes por delante y que será mejor aún, porque “La gloria postrera de ésta casa será mayor que la primera, ha dicho Yave de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Yave de los ejércitos” Hageo 2:9; puede que hoy no veas a toda tu casa convertida al Señor, puede que no veas crecimiento en tu ministerio o que pareciera haberse cerrado el cielo mismo sobre ti, pero ahora es tiempo de mirar hacia delante solamente para seguir plantando la Palabra de Dios en cuanta tierra el Señor te ponga por delante, y ya vendrá el tiempo de disfrutar del trabajo realizado.
Quita la angustia que se produce en tu corazón por aquellos que se han alejado, ellos quizás no te comprendieron, quizás se dejaron vencer por el sistema de maldad del mundo al no estar protegidos con el escudo de la fe, quita tu angustia y tu dolor porque el Señor te dice: “He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos” v 8; volverán aquellos que se alejaron porque estaban cojos y no se podían afirmar sólidamente en el camino, o los que parecían cojos pues un pie lo mantenían en el barro del mundo y no les permitía estabilizarse en las cosas de Dios.
Volverán también aquellos que se alejaron enceguecidos por los afanes de la carne que les hicieron preferir las cosas del mundo a las cosas de Dios; vendrán los que no confían o no conocen al Señor, ya que “El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” 2 Corintios 4:4.
El Señor reunirá a todos aquellos que en Él confían, “Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor” v 12; el Señor derramará bendiciones , gozo y alegría a su pueblo, a ese remanente que sabe buscar a Dios a pesar de las dificultades con que el sistema de maldad del mundo les ataque.
“Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Yave” v 14.


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