lunes, 7 de diciembre de 2015

Dios siempre te hace sentir la alegría del perdón

 
Señor, gracias por todo el amor que derramas en mí, gracias por hacerme comprender, a través de tus sagradas formas, lo que quieres para mí. Te doy gracias por el ejemplo de María, la Virgen, nuestra modelo de discípulo. En ella encuentro una invitación a guardar en mi corazón todas las Palabras que me comunicas. Te pido, Señor mío, que hoy me des la posibilidad de ser agradecido siempre, que no olvide fácilmente todas las bendiciones que me han dado, sobre todo por donarte a ti mismo en Pan y Vino para mi propia salvación. Gracias por la bendición de tener una familia en la que Tú me manifiestas que me amas. Gracias por cada uno de sus miembros y todo lo que me hacen sentir. Te suplico que en este momento la bendigas y le hagas sentir tu presencia maravillosa. Amén.

Evangelio del día: Dios siempre te hace sentir la alegría del perdón
San Lucas 5,17-26 (II Lunes de Adviento): Basta arrepentirse y pedir perdón. No se debe pagar nada, porque ya Cristo ha pagado por nosotros
--------------------------------------------------
Del santo Evangelio según San Lucas 5,17-26
La curación de un paralítico: En aquel tiempo, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, separando las tejas, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: "Hombre, tus pecados te son perdonados". Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: "¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?" Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o "Levántate y camina"? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados - dijo al paralítico - yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa". Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: "Hoy hemos visto cosas maravillosas" Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco
Ante todo, ¡Dios perdona siempre! No se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Pero Él no se cansa de perdonar. Cuando Pedro pregunta a Jesús: ¿Cuántas veces debo perdonar? ¿Siete veces?. No siete veces: setenta veces siete. Es decir siempre. Así perdona Dios: siempre. Y si tú has vivido una vida de tantos pecados, de tantas cosas feas, pero al final, un poco arrepentido, pides perdón, ¡te perdona inmediatamente! Él perdona siempre.
Sin embargo, la duda que podría surgir en el corazón humano está en el cuánto Dios está dispuesto a perdonar. Y bien basta arrepentirse y pedir perdón. No se debe pagar nada, porque ya Cristo ha pagado por nosotros...
No hay pecado que Él no perdone. Él perdona todo. "Pero, padre, yo no voy a confesarme porque hice tantas cosas feas, tan feas, tantas de esas que no tendré perdón..." No. No es verdad. Perdona todo. Si tú vas arrepentido, perdona todo. Cuando… ¡eh!, tantas veces ¡no te deja hablar! Tú comienzas a pedir perdón y Él te hace sentir esa alegría del perdón antes de que tú hayas terminado de decir todo.
Además cuando perdona, Dios hace fiesta. Y, en fin, Dios olvida. Porque lo que le importa a Dios es encontrarse con nosotros... (Homilía en Santa Marta, 24 de enero de 2015)
Diálogo con Jesús
Mi Señor, que bueno es contar con tu presencia. Tú nos has presentado al Dios todopoderoso, no como una omnipotencia lejana, sino como un Padre cercano, un Padre bueno que nos ama y nos perdona todo. Miro atrás y me doy cuenta de cuánto he ofendido a este Padre con toda mi rebeldía y mi soberbia. Me alejo de Él cuando miento o soy deshonesto. Yo no me merezco tanta bondad de tu parte, pero Tú, piensas distinto de mí, me consideras valioso, como un hijo al que quiere recuperar a toda costa. Tú me perdonas todo cuando estoy arrepentido, ni siquiera permites expresarme porque ya Tú conoces las intenciones de mi corazón. Oh amado Padre, quiero vivir una profunda Conversión, esa que se enfoca desde tu visión perdonadora. Quiero ser capaz de entender tu amor y perdonar a aquel que me ha ofendido, olvidándome de sus faltas en un abrazo fraterno. Limpia mi corazón y llénalo de tu amor. Amén
Propósito para hoy
En tu almuerzo, sea en tu trabajo o en tu casa, habla sólo de las cosas buenas que nos ha dado Dios.
Reflexionemos juntos esta frase: 
"En el sacramento de la Eucaristía encontramos a Dios que se da a sí mismo" (Papa Francisco)
--------------------------------------------------Artículos de interés
--------------------------------------------------
 
 
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Píldoras de Fe

--------------------------------------------------
 
 
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
 
 
--------------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario