Santa
Faustina Kowalska, la monja polaca beatificada y canonizada por el
mismo San Juan Pablo II, tuvo una visión del Infierno en 1936
, concedida por el mismo Señor Jesús, para que la hiciera del conocimiento de todos
Hay muchos que creen que el Infierno no existe.
Otros creen que sí existe, pero que sólo están los ángeles caídos, que
ya las personas no van allí, sosteniendo que Dios es bueno, puro y lleno
de amor; pero esas personas que dicen eso al parecer se les olvidas de
que Dios también es infinitamente justo.
Estas personas que no creen en la existencia de un Infierno se
olvidan que el mismo Jesús nos habló en varias ocasiones sobre la
posibilidad que tenemos de condenarnos: "Apártense de mi malditos de mi
padre... vayan al fuego eterno"
(Mateo 25,41)
El Infierno es de creencia obligatoria para los Católicos, y es de los dogmas de nuestra fe que presenta mayor número de textos de la Sagrada Escritura que lo sustentan
Visión del Infierno que nos revela Santa Faustina:
"En Cracovia el 20 de octubre de 1936: Hoy,
un Angel me llevó a los precipicios del Infierno. Es un lugar de grandes torturas. ¡Es impresionante el tamaño y la extensión del sitio!.
He aquí los tipos de torturas que vi:
1.- La primera tortura en que consiste el Infierno es la pérdida de Dios.
2.- La segunda es el remordimiento de conciencia perpetuo.
3.- La tercera es saber que esa condición nunca va a cambiar.
4.-
La cuarta es el fuego que penetrará el alma sin destruirla, un
sufrimiento terrible, ya que es un fuego puramente espiritual, encendido
por la ira de Dios.
5.- La quinta tortura es la permanente oscuridad
y un terrible hedor que sofoca, y que, a pesar de la oscuridad, los
demonios y las almas de los condenados se ven y ven toda la malignidad,
tanto propia como de los demás.
6.- La sexta tortura es la compañía constante de satanás.
7.- La séptima tortura es la horrible desesperación, el odio a Dios, las palabras horrendas, las maldiciones y las blasfemias”.
Tormentos en el infierno para cada tipo de pecado
Estas son las torturas que sufren en general todos los condenados, pero éste no es el fin del sufrimiento.
Hay torturas especiales destinadas a las almas en particular.
Son los tormentos de sus sentidos. Cada alma pasa por sufrimientos
terribles e indescriptibles, relacionados con la manera en que han
pecado.
Hay
cavernas y fosos de tortura en la que cada tipo de agonía es diferente. Yo hubiera muerto con la simple visión de esas torturas, si no hubiera sido porque la omnipotencia de Dios me sostenía.
Que sepa el pecador que
será torturado por toda la eternidad en aquellos sentidos que utilizó para pecar.
Estoy escribiendo esto por mandato de Dios, para que ninguna alma pueda
excusarse diciendo que no existe el Infierno, o que nadie ha estado
allí, y que por tanto no puede saberse cómo es.
Yo, la Hermana Faustina, por orden de Dios, he visitado los abismos
del Infierno, para poder hablar a las almas sobre esto y para poder dar
testimonio de su existencia. He recibido el mandato de Dios de dejarlo
por escrito.
Los demonios están llenos de odio hacia mí, por esto. Lo que he escrito es una sombra pálida de las cosas que vi. Pero noté una cosa:
que la mayoría de las almas que están allí son de aquéllos que se han negado en creer que existe un infierno.
Cuando regresé, apenas podía recuperarme del miedo. ¡Cuán
terriblemente sufren las almas allí! Por consiguiente, oro aun más
fervorosamente por la conversión de los pecadores. Suplico continuamente
por la misericordia de Dios sobre ellos.
Oh mi Jesús, preferiría estar en agonía hasta el fin del mundo, entre
los mayores sufrimientos, antes que ofenderte con el menor de los
pecados."
Muchos Teólogos coinciden en que
una de las penas del Infierno más terrible para el alma pecadora es saberse separado definitivamente del amor de Dios,
sabiendo que fue generada como consecuencia de sus propias acciones en
la tierra y que ahora no puede hacer nada para remediarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario