domingo, 15 de noviembre de 2020

DEVOCION Y PROTECCION EN TIEMPOS DE PANDEMIA

 


Salmo 33

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Mucha tribulación pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra.

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

ORACION:

Quítame mis miedos y mis angustias, Te pido por mi alma, PADRE yo confió en ti´, pero aumenta mi FE, pero no me dejes pecar, PADRE yo no quiero ofenderte, PADRE yo quiero vivir según tus mandamientos.

 

ORACIÓN DE INTERCESIÓN PARA ESTOS TIEMPOS

Únete con Fe y Confianza,

pues un Padre que ama,

siempre escucha la voz de sus hijos.

Oremos…

Dios Padre Todopoderoso:

En el Nombre de Tu Hijo Jesús, por Su Sagrada Pasión,

por Su Presencia Real y Misericordiosa en la Santa Eucaristía,

por el Corazón Doloroso e Inmaculado de María,

envía tu Santo Espíritu para que, por Su Santa y Poderosa Unción,

nos otorgue la Salud del Alma y del Cuerpo,

protegiéndonos de toda amenaza actual o futura.

Permítenos caminar bajo el Manto de María,

nuestra Madre Amorosa, tu Hija Predilecta y Llena de Gracia,

junto a San José, a todos los Santos cuyos méritos has reconocido,

y protegidos por San Miguel Arcángel y sus milicias celestiales.

¿Quién como Dios?

¡Nadie como Dios!

Amén

¡C o m p á r t e l a

ORACIONES A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel,

defiéndenos en la batalla.

Sé nuestro amparo

contra las perversidad y asechanzas

del demonio.

Reprímale Dios, pedimos suplicantes,

y tu príncipe de la milicia celestial

arroja al infierno con el divino poder

a Satanás y a los otros espíritus malignos

que andan dispersos por el mundo

para la perdición de las almas.

Amén.

(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)

Para pedir la protección del Cielo:

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.

Amén.

 

YO TE AMO PADRE OBRA EN MI, YO NECECITO DE TI

POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.

AMEN.

¡C o m p á r t e l a!

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