“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las
pongamos en práctica”
EFESIOS 2:10
EFESIOS 2:10
Fuiste
puesto en la tierra con un propósito mayor: para servir a Dios y a los demás.
Este es el propósito de Dios para tu vida, no es casulidad. Siempre que sirves
a otros de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo
uno de sus propósitos. No estamos en la tierra solo para respirar, comer,
ocupar un espacio y divertirnos. Dios nos formó individualmente para que
hiciéramos un aporte singular con nuestras vidas.
Dios te
redimió para que hicieras su obra santa. Tú no eres salvo por buenas
obras, sino para hacer buenas obras. En el reino de Dios, tienes un
lugar, un propósito, un rol y una función que cumplir. Esto le da a tu vida un
gran valor y significado. Una vez que has sido salvado, Dios intenta usarte en
sus planes. Él te dio dones o talentos y los uses en su iglesia y una misión
en el mundo.
“Él es quién nos salvó y escogió para su obra
santa, no porque lo merecíamos sino porque estaba en su plan”
2 TIMOTEO 1:9
2 TIMOTEO 1:9
Jesús dijo: “Tu actitud debe ser igual a la mía,
porque yo, el Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida”
MATEO 20:27-28
MATEO 20:27-28
Para los
catolicos, el servicio no es opcional, algo que debe incluirse en nuestros
horarios si disponemos de tiempo. Es el corazón de la vida . Jesús vino a servir
y a dar, y esos dos verbos también pueden definir tu vida en la
tierra. Servir y dar, en resumen, son el propósito de Dios para tu vida.
“Dios obra a través de personas diferentes en
maneras diferentes, pero es el mismo Dios que cumple su propósito a través de
todos ellos”
1 CORINTIOS 12:6
1 CORINTIOS 12:6
Eres una
obra de arte hecha a mano por Dios. No has sido fabricado en una línea de
producción, ni ensamblado ni producido en cantidades industriales. Eres un
diseño hecho a medida, una pieza original. Dios deliberadamente te hizo y te
formó para que le sirvieras de una que hace tu ministerio único. Dios no solo
te formó antes que nacieras, sino que planeó cada día de tu vida para apoyar su
progreso para formarte. Eso quiere decir que nada de lo que pasa en tu vida es
irrelevante. Dios usa todo eso para formarte para que sea testimonio
para otros y para servirlo a él.
Cómo te
forma Dios para su obra
Dios no
desperdicia nada. Él no te daría habilidades, intereses, talentos, dones,
personalidad y experiencias a menos que tuviera la intención de usarlos para su
gloria. Si identificas y entiendes esos factores puedes descubrir la voluntad
de Dios para ti. La Biblia dice que eres maravillosamente complejo. Eres
una combinación de muchos factores diferentes. Cinco de estos importantes
factores forman el acróstico: “F.O.R.M.A.”
Cuando Dios decidió crearte, determinó exactamente lo que necesitarías para su servicio singular. A esta combinación exclusiva de aptitudes se le llama moldear o dar FORMA:
Cuando Dios decidió crearte, determinó exactamente lo que necesitarías para su servicio singular. A esta combinación exclusiva de aptitudes se le llama moldear o dar FORMA:
Formación espiritual
Oportunidades
Recursos
Mi personalidad
Antecedentes
Oportunidades
Recursos
Mi personalidad
Antecedentes
Formación
espiritual. Dios le
da a cada creyente dones espirituales para usarlos en el ministerio. Son
habilidades especiales que Dios da a los creyentes para servirle. Los dones
espirituales son un regalo, no se pueden obtener o merecer. Son una expresión
de la gracia de Dios para ti. No puedes escoger los dones que quieras tener,
Dios es quien los determina. No nos dio el mismo don a todos. Por otra parte,
ningún individuo recibe todos los dones. Tus dones espirituales no se te
dieron para tu propio beneficio sino para el de otros, así como los de
ellos son para tu beneficio. Cuando usamos nuestros dones juntos, todos nos
beneficiamos. Ese es el motivo por el que se nos manda descubrir y desarrollar
nuestros dones espirituales.
Oportunidades. La Biblia usa el término corazón
para describir el manojo de deseos, esperanzas, intereses, ambiciones,
sueños y afectos que posees, en fin, tus oportunidades. Tu corazón es la fuente
de todas tus motivaciones, lo que amas hacer y lo que más te importa. Tu
latido emocional es la segunda llave para entender tu forma para servir. Cuando
sirves a Dios de corazón, lo sirves con entusiasmo y efectividad. Descubre lo
que te gusta hacer, lo que Dios te puso en el corazón, y hazlo para su gloria.
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo
Jesús para buenas obras”
EFESIOS 2:10
EFESIOS 2:10
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que
haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas
formas”
1 PEDRO 4:10
1 PEDRO 4:10
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