martes, 10 de noviembre de 2015

Dios quiere familias compuestas por un hombre y una mujer. Papa Francisco

 


 



 
 
 
 
 

La imagen actual de la familia está deformada mediante poderosos proyectos contrarios, sostenidos por colonizaciones ideológicas
  
Cómo préambulo a la celebraciónvenidera del próximo sínodo sobre la familia, el Santo Padre se encontró con los responsables del Movimiento católico internacional para matrimonios cristianos (Equipos de Nuestra Señora), a los que invitó a centrar su atención en aquellas familias heridas, exhortándolos a apoyar sobre todo, a aquellas que sufren por causa de la separación. A continuación su mensaje:
Este encuentro, que tengo la alegría de vivir con ustedes, precede el Sínodo de los Obispos que he querido reunir en Roma, dentro de algunas semanas, para que la Iglesia reflexione con mayor atención sobre lo que viven las familias, células vitales de nuestras sociedades y de la Iglesia, y que, como saben,  se encuentran amenazadas en el actual y difícil contexto cultural.
Diálogo y oración en familia
Pienso en particular en la oración de pareja y en familia, bella y necesaria tradición que siempre ha sostenido la fe y la esperanza de los cristianos, lamentablemente abandonada en tantas regiones del mundo. Pienso también en el tiempo dedicado al diálogo mensual, propuesto entre las parejas – el conocido y comprometido «deber de sentarse», que va tan contracorriente, con respecto a las costumbres del mundo frenético y agitado impregnado de individualismo – momento de intercambio vivido en la verdad, bajo la mirada del Señor, que es un tiempo precioso de agradecimiento, de perdón, de respeto recíproco y de atención hacia el otro.
Dios quiere familias compuestas por un hombre y una mujer
Invito a las parejas, fortificadas por el encuentro en equipo, al compromiso misionero. Esta misión que tienen encomendada es importante porque la imagen de la familia - como Dios la quiere, compuesta por un hombre y una mujer en vista del bien de los cónyuges y también de la generación y de la educación de los hijos - está deformada mediante poderosos proyectos contrarios, sostenidos por colonizaciones ideológicas».
Acompañamiento con los que han fracasado en su matrimonio
Los exhorto también a proseguir con su cercanía a las familias heridas, que hoy son tan numerosas, debido a la falta de trabajo, a la pobreza, a un problema de salud, a un luto, a la preocupación causada por un niño, al desequilibrio probado por una lejanía o una ausencia, a un clima de violencia.
Debemos tener la valentía de entrar en contacto con estas familias, de manera discreta pero generosa, material, humana y espiritualmente, en aquellas circunstancias en las que son vulnerables. Y no puedo dejar de alentar a las parejas de los Equipos de Nuestra Señora para que sean instrumentos de la misericordia de Cristo y de la Iglesia hacia las personas cuyo matrimonio ha fracasado.
Al concluir, el Santo Padre ha encomendado a los «Equipos de Nuestra Señora», a la protección de la Virgen María y de San José

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